Tuve oportunidad de recorrer la vieja traza de la ruta RN 36 hasta Río Cuarto durante varios años en mis continuos viajes a la ciudad de Villa Mercedes – San Luis, fueron tantos que llegué a conocer las coordenadas de los principales baches.
Me impactaba el paisaje, en especial esas hondonadas del terreno cuidadosamente sembradas o salpicadas por cabezas de ganado que demostraban el potencial agrícola-ganadero de los campos que atravesaba.
El recorrido de cada viaje me mostraba algo nuevo, ya sea la agricultura desplazando a la ganadería y, por lo tanto, eliminación de alambrados y la práctica de desmontes para incrementar el sembrado de cereales y oleaginosas.
A la par crecía exponencialmente el número de camiones que transitaban por la ruta y, para satisfacer sus necesidades se establecían a la vera del camino expendedoras de combustibles. Nacían nuevos comercios que ofrecían la venta de productos comestibles artesanales y también resto-bares que invitaban hacer una pausa en el viaje. También se instalaron emprendimientos industriales para procesar la materia prima de la región. Algunas depresiones inundables del terreno por la intensidad de la lluvia se convertían en pequeñas lagunas ideales para la invasión de la flora y fauna autóctona, especialmente aves.
Como en esos viajes debía conducir mi automóvil no fue posible documentar esos paisajes. El año pasado en una excursión turística al suroeste de la provincia de Córdoba, pude plasmar en fotografías el paisaje que se desarrolla a la vera de la RN 36, hoy Autovía de cuatro carriles perfectamente señalizada que desde Octubre 2017 lleva el nombre de Autovía Gobernador Juan Bautista Bustos. En corto plazo será una Autovía Inteligente completamente monitoreada en sus 217 km que unen las dos mayores ciudades de la provincia, la capital de Córdoba y Río Cuarto. La nueva traza esquiva las nueve localidades más importantes que estaban asentadas a la orilla del camino, con lo cual se gana en seguridad y tiempo.
La empresa turística nos transportó en una “van”, la altura de su asiento me permitió obtener fotos desde ángulo alto, no obstante los cimbrones del vehículo y el cristal no muy limpio de su ventanilla, que me obligaron a intervenir algunas de las imágenes que les comparto a continuación. La luz a lo largo del camino fue muy variable.
Algunas de las fotos rematan en la serranía de Los Comechingones, existe cierto paralelismo entre esta y la Autovía. Otras muestran: cascos de estancias, sembrados diferenciados por el color de su follaje, silos, ganado, molinos a viento, cosechadoras descargando en las respectivas tolvas, piedra caliza esperando ingresar en los hornos para su procesamiento, etc.
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