CAMINIAGA.

Cumpliendo parte del objetivo de uno de los talleres de Caminando con Historia – U.B.P. (año 2016), visitamos en el norte de la Provincia de Córdoba, el Cerro Colorado y localidades de sus alrededores. En esta Pinceladita les describiré Caminiaga pequeña localidad situada a 17 km del Cerro Colorado y 175 km de Córdoba.

Caminiaga, es una típica localidad del interior de la Provincia, estratégicamente ubicada a la vera del Camino Real al Alto Perú. El significado de su nombre es “lugar del valle”. Urbanísticamente está organizada en el típico trazado en damero cuyo centro es la extensa Plaza Principal. Sus habitantes son algo más de 300, su principal actividad económica es la agricultura, seguida por la ganadería, las artesanías y otros emprendimientos domésticos.

Cuando en Cerro Colorado ingresamos al camino que nos llevaría al destino, me sorprendieron dos carteles, uno con la distancia que nos faltaba recorrer y otro haciendo referencia a la prohibición de atentar con la fauna local. Tuve la suerte de tener de compañero de viaje al arqueólogo L.T., responsable de los trabajos pertinentes a su profesión que se realizan en la región.

Transitamos por un camino bordeado por monte destacándose las palmeras caranday. De golpe irrumpió en el paisaje una solitaria propiedad, un cartel indicaba que se trataba de una sede del Sindicato de Amas de Casa y otro, la bienvenida al paraje del Pantano. Unos kilómetros más adelante un nuevo cartel nos indicaba que habíamos llegado a destino.

Descendimos en la plaza y a su frente, la Iglesia erigida en honor a Nta. Sra. de la Candelaria. Existe documentación que su base fue una antigua capilla levantada durante el siglo XVII. En el siglo siguiente se construye una nueva capilla, que precede la construcción del edificio actual inaugurado a fines del siglo XIX, como lo indica la placa colocada en su frente. Previo a su visita al interior nos dirigimos a un predio colindante donde existen restos de la antiquísima capilla y de la estancia San Antonio de Caminiaga, constituida como polo de desarrollo de la zona. Relevante y admirable ver en pie restos antiquísimos de muros de adobe y de tejas musleras.

El interior de la Iglesia su altar, imágenes y mobiliario, son humildes y muy bien conservados. Se destaca una vitrina, con su patrona, un crucifijo y un documento que hace referencia a La Merced de Caminiaga y a La Capilla.

Desde allí nos dirigimos a conocer el Oratorio construido en los últimos años en el límite de la zona urbana. Al final todo el grupo tomó un pequeño descanso reparador.

El camino recorrido de ida y vuelta permitió relevar una comunidad sencilla y, personalmente, me permitió tomar imágenes descriptivas de la misma. La flora se manifiesta en una suave serranía con especies como talas, molles, algarrobos, palmeras, piquillines. A pesar de la aridez de algunos sectores no nos privó de admirar plantas rastreras con coloridas flores.

Atravesamos el puente sobre el arroyo que cruza la localidad y le aporta la característica de zona fértil y húmeda. El entorno de sus orillas le da un toque de tonos dorados y cristalina agua.

Las fotos siguientes muestran la sobriedad de su cementerio y otras tareas de sus habitantes.

Luego del almuerzo ofrecido por la Comuna, emprendimos el regreso.

A pesar del escaso tiempo de la visita, pude comprobar la calidez de sus habitantes, su trato, su sencillez y su humildad. Aún conservan sus tradiciones populares y las manifiestan principalmente: en su fiesta patronal el 2 de febrero de cada año, en sus comidas típicas, en su gusto por el folclore musical y costumbrista. La localidad tiene un potencial latente para desarrollar el turismo, para lo cual La Comuna debería dotarla de las condiciones necesarias para la radicación de servicios turísticos e integrarse dentro del circuito “Cultural y Natural de Cerro Colorado”, a la par de ejecutar la puesta en valor de las márgenes del Río Los Tártaros.